La Romareda volvió a latir de forma atronadora. Lo hizo con el marcador adverso. Cuando más cuesta levantar la bufanda. La reacción del equipo blanquillo fue de la mano con la hinchada zaragocista para arrancar un resultado favorable que se quedó a un paso de culminar la remontada.
La afición arrancó la segunda mitad empujando con tesón, demostrando desde la grada la firmeza necesaria para revertir el marcador. El tanto de Marc Gual fue la chispa que prendió al estadio y, minutos después, Jorge Pombo puso patas arriba todo el graderío. Fueron unos minutos en los que los cimientos de La Romareda vibraban ante el empuje blanquillo.
Los futbolistas alentaban a la grada durante los minutos finales, en un desenlace que estuvo cerca de dejar los tres puntos en suelo zaragozano. Tras el pitido final el público agradeció el esfuerzo coral de sus futbolistas, en una tarde donde la afición zaragocista volvió a demostrar su fervorosa pasión. Una fidelidad incondicional que volvió a arropar las aspiraciones del Real Zaragoza.
