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Primer equipo

Nuestro rival de esta semana: Real Club Deportivo Mallorca

La historia del Mallorca arranca el veintisiete de febrero de 1916. El club balear nació con el nombre de “Alfonso XIII FBC”, denominación que se modificó en los años de la República, cuando pasó a denominarse Club Deportivo Mallorca. Posteriormente, adquirió el título de Real. Los bermellones comenzaron jugando en el llamado campo de Buenos Aires, y su primer partido data de marzo de 1916, con motivo de la inauguración del estadio. El equipo invitado fue el Barcelona, que salió victorioso por cero goles a ocho.

Durante más de dos décadas, el Mallorca se desenvolvió en competiciones regionales, hasta la campaña 1941-1942. Entonces pasó a engrosar la lista de equipos inscritos en la competición nacional (en este caso, en tercera división). La construcción de un nuevo estadio en 1945, Es Fortí (que al poco tiempo pasó a llamarse Lluís Sitjar) cerró el primer capítulo de la historia del Mallorca.

Consolidación y ascenso

El equipo mallorquín pronto comenzó a buscar jugadores que engalanaran la plantilla. Uno de ellos fue el mítico portero Antoni Ramallets, quien permaneció dos temporadas en el club bermellón. También destaca Juan Forteza, autor del primer gol del Mallorca en su historia. Pero el mejor fichaje que llevó a cabo el Mallorca tuvo lugar años más tarde: el entrenador Juan Carlos Lorenzo. El argentino revolucionó la técnica futbolística vista hasta entonces con un juego basado en la defensa.

Hasta los años 60, el RCD Mallorca alternaba etapas en Segunda división con otras en Tercera (la Segunda B todavía no se había constituido). Pero en tan solo dos años, el trabajo de Juan Carlos Lorenzo trajo consigo resultados sorprendentes. El club balear superó la liguilla de ascenso de Tercera división (año 1959), y en la campaña siguiente, dio la campanada al proclamarse campeón de la Segunda división. Corría el año 1960 cuando los bermellones ascendieron por primera vez a la categoría de oro del fútbol español.

Años convulsos

La alegría del ascenso poco duró a la hinchada mallorquina, pues solo consiguió permanecer en la categoría tres temporadas. La reacción de la cúpula directiva no se hizo esperar, y al poco tiempo, el héroe del primer ascenso, el técnico argentino Juan Carlos Lorenzo, estaba de regreso. Junto a él, el zaragozano y zaragocista Manolo Villanova. El carismático guardameta disputó dos campañas en el club balear, aunque no logró consumar el ascenso a Primera. Sin embargo, logró clasificar al conjunto insular para los primeros puestos de Segunda.

Y es que esa vez la suerte no estuvo de parte del Mallorca y el elemento revulsivo hubo de llegar por otras vías. La campaña 1968-1969 tuvo un solo nombre: el también exzaragocista y Magnífico Canario. El atacante brasileño formó durante cinco años una escuadra letal junto con Marcelino, Villa, Lapetra y Santos, en los que fueron los años dorados del Real Zaragoza. No obstante, terminada su etapa en el club blanquillo, Canario consiguió el ansiado ascenso con el Mallorca antes de retirarse del fútbol profesional.

Una mala campaña empujó al Mallorca al descenso a Segunda división, lugar de donde no consiguió salir en quince largos años. Es más, permaneció seis temporadas a caballo entre Tercera división y Segunda B. En una de ellas, la correspondiente al año 1975, los bermellones estuvieron capitaneados por otro viejo conocido de la afición zaragocista: Luis Costa. El técnico alicantino obtuvo el premio del ascenso a la Segunda división B.

Atisbos de esperanza

Pese a que estuvo a punto de incurrir en bancarrota, el club insular logró recuperarse en la década de los 80. En el año 1981, el francés Müller se hizo cargo del banquillo del Mallorca, equipo al que ascendió en la campaña posterior. El anhelado regreso a Primera debía perdurar, y para ello llegaron al equipo fichajes de primera línea, como el delantero irlandés Gerry Armnstrong, el defensa Manolo Preciado o el centrocampista “Paquete” Higuera, quien después recaló en las filas del Real Zaragoza. Higuera, artífice de la Recopa, permanece en la memoria de los aficionados blanquillos, merced a sus diez años de entrega y buen fútbol.

En esta ocasión, el banco estaba bien cubierto por el antiguo meta de los años 60, Manolo Villanova. El aragonés ya había adquirido experiencia como entrenador después de permanecer tres temporadas en el Real Zaragoza. Pero entonces afrontaba el reto de volver a la máxima categoría futbolística y asentarse en ella. Sin embargo, el Mallorca de Villanova se quedó a las puertas del ascenso, y tuvo que esperar un año más. Hasta que en mayo de 1986, con Lorenzo Serra Ferrer como entrenador, el RCD Mallorca regresó a Primera.

Los años 90

La última década del siglo XX estuvo marcada por luces y sombras. En los primeros años, el Mallorca consumó un nuevo descenso a la categoría de plata del fútbol español, después de una negativa campaña. Aun así, los mallorquinistas alcanzaron su primera final de la Copa española, en la que cayeron en la prórroga contra el Atlético de Madrid.

El Mallorca deambuló entonces en Segunda durante seis años. Además perdió a sus puntales: “Paquete” Higuera, “Tronquito” Magdaleno, Miguel Ángel Nadal… A cambio, descubrió a los jugadores del filial Gabi Vidal y “Chichi” Soler. Este último vistió durante quince años la elástica bermellona: la única camiseta que se enfundó durante su trayectoria deportiva. El Mallorca buscaba el ascenso con ahínco, pero este se hacía de rogar. A punto estuvo de conseguirlo Víctor Muñoz, que se inició como entrenador con el equipo balear en 1995. El técnico zaragozano, exjugador y exentrenador del Real Zaragoza, se quedó a las puertas del ascenso en dos ocasiones. No fue hasta el año 1997 cuando, con Héctor Cúper en el banquillo, arribó el soñado ascenso de categoría.

En la campaña siguiente, el Mallorca se hizo con los servicios de otro exzaragocista, el lateral izquierdo Miquel Soler. El defensor gerundense llegó al equipo balear después de dos notables campañas en el Real Zaragoza. Con Miquel Soler en sus filas, el Mallorca llegó otra vez a la final de la Copa. Esta vez cayó ante el Barcelona en los penaltis, pero se pudo vengar del equipo catalán en la disputa de la Supercopa. Los baleares se alzaron con su primer título oficial al empatar en el marcador global a dos y aprovecharse del valor doble de los goles fuera de casa. Era el año 1998.

Las puertas de Europa

La Supercopa trajo consigo la mejor clasificación liguera del Mallorca. La temporada 1998-1999 dejó a los mallorquinistas en tercera posición, gracias al cerrojo defensivo de su zamora, Carlos Roa, y a la dirección de Luis Aragonés. Además, los baleares compaginaron la Liga con la Recopa de Europa. Después de superar unas frenéticas eliminatorias, el Mallorca se enfrentó al Lazio italiano en la final. Dos goles a uno: ese fue el resultado, favorable al conjunto italiano en la última edición de este torneo continental.

En el año 1999, el Mallorca accedió a la fase previa de la Liga de Campeones en su recién estrenado estadio de Son Moix. Pero, pese al tesón de jugadores como Eto’o y Luque, no consiguió superar la fase clasificatoria y al final acabó disputando la UEFA.

El siglo XXI

A la tercera, fue la vencida. El veintiocho de junio de 2003, el Mallorca levantó, por fin, la Copa española. Fue verdugo del Recreativo de Huelva, al que endosó un tres a cero. Entonces, Gregorio Manzano, el técnico con más partidos disputados con el Mallorca, fue el encargando de diseñar las estrategias de su equipo. La clasificación automática para Europa permitió que el Mallorca llegara hasta los octavos de final en la copa de la UEFA.

Dos temporadas después, el Mallorca retornaba a la UEFA, la actual Liga Europa. El equipo bermellón disputa hoy día su decimocuarta temporada consecutiva en Primera. Con un escueto presupuesto, los mallorquinistas de Michael Laudrup afrontan el reto de mantenerse en Primera un año más y aspirar a la máxima competición europea. De momento, el RCD Mallorca trabaja a ritmo de récord.