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Instalaciones

¿Por qué son tan profundas las redes de La Romareda?

José Luis y Paco, jardineros del Real Zaragoza, explican el motivo días antes del derribo en una de las míticas historias del estadio zaragocista

José Luis y Paco Corrales, dos de los responsables del cuidado del césped de La Romareda, tuvieron el placer de explicar uno de los detalles más idiosincráticos del estadio en sus últimos días antes de la remodelación: las redes profundas.

La fisonomía de las porterías zaragocistas han sido un tema asiduo de conversación para periodistas, reporteros, rivales y visitantes que se sorprendían por la profundidad de dichas redes, simulando la sensación de que el balón entraba a cámara lenta hasta colarse en el fondo.

 

«Un icono del fútbol español de los años 80»

Según José Luis, en torno a 1973, el Real Zaragoza, junto al FC Barcelona, Celta de Vigo y Elche tuvieron en sus campos unas redes igual de profundas. Sin embargo, con la década de los 80, todos los equipos a excepción de los blanquillos cambiaron tal longitud, dejando las de La Romareda con un detalle icónico muy recordado por muchos.

El error de fábrica

Paco, veterano trabajador del club desde hace 34 años, explicó asímismo otra de las razones de tan característico detalle: un error de fábrica. Según Paco, cuando recibieron en La Romareda un pedido de redes, estas tenían medio metro más de longitud, siendo más largas de lo habitual. A falta de pocos días para albergar un encuentro, los trabajadores estimaron conveniente montar las redes en la portería para el correcto desarrollo del partido, sin saber que se convertirían en uno de los puntos más icónicos de La Romareda. José Luis afirma que en la actualidad son unos tres metros y medio, pero por aquello llegaron a alcanzarse los cuatro metros.

Con el tiempo, Paco destaca el atractivo diferencial que supone a los equipos rivales cuando la ven, así como recuerda un hecho curioso: «El sonido en el momento que entra un gol hace parecer que este se alarga», en referencia a lo que hace el balón cuando toca la red, colándose poco a poco en el arco.