El Athletic de Bilbao es el segundo club de España con más años de competición a sus espaldas. Tan solo queda superado por el decano del fútbol español: el Recreativo de Huelva. A lo largo de sus ciento trece años de historia, el Athletic ha cosechado un total de 32 títulos oficiales y ha mantenido en todo momento la categoría. El equipo vizcaíno forma parte del selecto club, junto con el Barcelona y el Real Madrid, de equipos que pueden presumir de no haber descendido nunca a Segunda división. Merced a ello y a su amplia cosecha de títulos, el Athletic de Bilbao ocupa la cuarta posición en la clasificación histórica de la liga española. Tan solo el Real Madrid, el Barcelona y el Valencia le superan.
Desde su fundación, el Club Athletic de Bilbao se ha alzado con ocho ligas, veintitrés copas de España y una supercopa española. También ha encumbrado a doce pichichis y seis zamoras, todos ellos hombres de la casa. Porque si hay un rasgo diferenciador y característico del equipo bilbaíno es que todos los jugadores que defienden la camiseta rojiblanca son de origen vasco.
Orígenes británicos
En 1898 un grupo de deportistas bilbaínos dio a conocer sin querer el fútbol en la ciudad de Bilbao. Este grupo de jóvenes atletas se solía reunir en un gimnasio a practicar un juego de pelota que se había inventado en Inglaterra. De hecho, la indumentaria bilbaína, a rayas rojas y blancas, es un calco de la camiseta del Sunderland inglés.
Sin ser conscientes de las increíbles repercusiones que después alcanzaría este deporte, decidieron formar un equipo para empezar a competir. Se inscribieron bajo el nombre de “Athletic Club”, y al poco tiempo ya habían conseguido una escuadra competitiva capaz de conquistar títulos. Tanto fue así que en el año 1903 el Athletic se alzó con su primera copa española.
Llegó el año 1913 con cuatro copas españolas en las vitrinas. Para entonces, el fútbol ya había adquirido importancia entre la sociedad. El Athletic no podía permitirse disputar más partidos en improvisados campos de barrio. Por ello, el club decidió iniciar la construcción de un gran estadio de fútbol: San Mamés.
El rugido de los leones
Los aficionados bilbaínos se deleitaban cada semana con un equipo de lujo, que llegó a ser el mejor equipo de España durante el primer cuarto del siglo XX. En los años 1914, 1915 y 1916 el Athletic conquistó tres copas más (siete hasta entonces) y aportó grandes jugadores de la talla de Belauste, Zuazo, Iceta, Apón o Pichichi. De hecho, este último encabezó a la selección española en los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920. La garra, el coraje y el hambre de triunfos valieron a los jugadores del Athletic el apelativo de “leones”, un sobrenombre que se ha mantenido hasta hoy.
El Athletic de Bilbao formó parte de la lista de diez equipos que configuró la primera competición de liga, en 1928. Participó en la Primera división, y desde entonces no ha abandonado el barco de la máxima categoría del fútbol español. Es más, en dieciséis años conquistó ocho títulos oficiales, entre los que se incluyen dos dobletes (liga y copa) en 1930 y 1931 (ambos bajo la dirección de Frederick Pentland). Los leones ya eran profesionales y se habían convertido en el equipo puntero del país, merced a su excelente cantera.
Ave fénix
Tras la Guerra Civil, el club vizcaíno se encontró en la difícil situación de reconstruir un equipo diezmado por el conflicto. A las bajas militares se sumó la pérdida de socios, pero poco a poco el público bilbaíno demostró su apoyo y su corazón, y volvió a asociarse en masa al Athletic Club. En el año 1942 ya se había recuperado la cifra de socios anterior a la guerra, aspecto que se notó en el plano deportivo. Con una escuadra reconstruida de manera sensacional, el Athletic volvió a conquistar títulos. Se alzó con un doblete en el año 1943 y con dos copas de España más en las dos temporadas siguientes. Otra copa más llegó en la temporada 1949-1950. Además construyó una de las escuadras de mayor pegada de su historia, la formada por Zarra, Iriondo, Venancio, Panizo y Gainza. Zarra, por su parte, logró sus seis títulos de pichichi en esta época (en los años 1945, 1946, 1049, 1959, 1951 y 1953). El Athletic había resurgido de las cenizas de la guerra y volvía a ser el equipo eficaz y competitivo de antaño.
La transición bilbaína
Desde los años 50 hasta los 70, el Athletic atravesó una etapa de transición en la que perdió fuerzas en virtud del Barcelona y el Real Madrid. Aun así levantó seis trofeos (uno de liga y seis de copa) y formó a magníficos jugadores desde su potente cantera. Era la época de los Arteche, Uribe, Arieta, Carmelo o Maguregui, entre otros.
En la temporada 1955-1956, el Athletic, que venía de ganar una copa española, conquistó su cuarto doblete. En esa campaña el Athletic accedió por primera vez a la Copa de Europa. Los aficionados vizcaínos todavía recuerdan el épico partido que disputó el Athletic contra el Manchester United en el que los rojiblancos vencieron por cinco goles a tres a los ingleses.
Durante los años sesenta y setenta el club bilbaíno decidió apostar definitivamente por la cantera. Fue una etapa difícil para el Athletic, pues “solamente” ganó dos títulos en veinte años (las copas de 1969 y 1973, en las que participó un joven Txetxu Rojo). Pero esta etapa de transición le valió al equipo vasco para establecer definitivamente a sus equipos filiales en Lezama, equipos de los que el Athletic se nutre desde entonces.
En esa época cabe destacar especialmente un partido, el disputado el 29 de mayo de 1966, en la final de Copa, y en la que el Atheltic se enfrentó con el Real Zaragoza, de los “Cinco Magníficos”. Los aragoneses se impusieron por 2 a 0, con goles de Villa y Lapetra. Sin embargo, el mejor jugador del encuentro fue el portero bilbaíno, el mítico Iríbar, quien evitó lo que podía haber sido una auténtica goleada. De hecho, el cancerbero fue paseado a hombros al final del encuentro, tal y como relatan las crónicas de la época, lo que deja constancia del enorme dominio aragonés de aquel encuentro.
Otra de las anécdotas del encuentro destaca el hecho de que el árbitro de la final, el señor Birigay, aunque perteneciente al colegio valenciano, había nacido en Bilbao, lo que en nada marcó el desarrollo del encuentro.
El triplete de la juventud
Después de unas cuantas campañas regulares en Primera, el equipo vizcaíno se reencontró con el título de liga en 1982. La campaña posterior, de dorado recuerdo para los aficionados, terminó de encumbrar al Athletic de Bilbao. El conjunto vasco conquistó, de la mano de Javier Clemente, su único triplete, formado por liga, copa y supercopa españolas. Desde entonces el palmarés vizcaíno permanece en blanco, a pesar de que el equipo de Bilbao ha disputado en este tiempo tres finales de copa y una supercopa.
Pero los años 80 y 90 dieron esperanzas al Athletic. El juego fresco y dinámico que desplegaban Jupp Heynckes y Luis Fernández venía aderezado por jugadores como Alkorta, Urrutia, Etxeberría o Julen Guerrero. Sin embargo, los estandartes del Athletic de los últimos años no lograron hacerse con ningún trofeo oficial.
El Athletic en la actualidad
A pesar de sumar veintisiete temporadas sin levantar una copa, el Athletic no ha cambiado su política interna. La cantera y el poderío vasco son suficientes para armar un equipo competitivo, capaz de alcanzar grandes éxitos y permanecer en Primera. La lluvia de estrellas futbolísticas que manejan los equipos “grandes” no ha impedido al Athletic mantenerse como el cuarto mejor equipo de la historia del fútbol español. Aunque es cierto que el grifo de títulos se ha cerrado.
En la actualidad, la cantera de Lezama continúa con su increíble progresión y sigue formando a jugadores para nutrir a su primer equipo. Todos ellos, capitaneados por el actual entrenador; Joaquín Caparrós. Hace dos temporadas el club se quedó a las puertas de la Copa del Rey y de la Supercopa. Con la gabarra preparada, el Athletic cayó derrotado en las dos ocasiones por el Barcelona. Con la calidad y el espíritu de superación por bandera, ¿quién sabe cuándo llegará el próximo título?