Cuatro partidos jugados en la segunda vuelta en La Romareda y cuatro victorias consecutivas. El estadio municipal se ha convertido en el refugio y en el motor de propulsión que necesitaba el equipo para progresar. Al amparo del zaragocismo, siempre fiel, el conjunto de Natxo González ha asentado las bases para consolidar su juego y conducirse por las sendas de las victorias.
El Real Zaragoza cerró la primera vuelta con un empate (1-1) ante el Barcelona B en su propio feudo. Una semana después iniciaba la segunda vuelta también en casa, ante el Tenerife con un triunfo (1-0), gracias a un gol de Pombo.
Volvió a congregarse la parroquia zaragocista en La Romareda dos semanas después, esta vez para ver al equipo aragonés ante el Córdoba. Y de nuevo Pombo le daba el triunfo al equipo blanquillo (1-0).
El tercer triunfo consecutivo lo diseñaron Borja Iglesias y Oliver Buff. El Real Zaragoza se imponía de nuevo en casa a un Lugo que hubo de abdicar en el municipal (2-0). Y este pasado domingo fue el Oviedo el que cedió al empuje de una comunión impecable: la del Real Zaragoza con La Romareda. Borja y Pombo sellaron los goles de casa; y Carlos Hernández, con sólida vinculación con Zaragoza, hizo el único gol que hasta el momento ha subido al casillero de los rivales en esta segunda vuelta.
Después de la cita de Soria, el calendario sella un nuevo compromiso en el estadio municipal: llega el Lorca (11 de marzo, 12:00). La ambición, sin ninguna confianza, será la de mantener la buena línea.
