El Real Zaragoza, S.A.D.
Como tantos otros clubes, el Real Zaragoza C.D. tuvo que afrontar su conversión en sociedad anónima deportiva, por imposición legal. El empresario aragonés Alfonso Soláns Serrano compró las acciones necesarias para cubrir el capital social, garantizando de esta manera la supervivencia de la entidad.
El 5 de julio de 1991 el Consejo de Ministros aprobaba el Real Decreto sobre las Sociedades Anónimas Deportivas, en el que establecía que todos los clubes debían transformarse en ese modelo antes del 30 de junio de 1992. El Decreto permitía a las entidades con "patrimonio positivo", es decir, el Athletic Club de Bilbao, el Fútbol Club Barcelona, el Club Atlético Osasuna y el Real Madrid, mantenerse como Sociedades Deportivas.
El 25 de marzo de 1992, el Real Zaragoza, C.D. inició la suscripción de acciones para su transformación en Sociedad Anónima. En un ambiente de incertidumbre apareció Alfonso Soláns Serrano y se hizo con el 51% de las acciones.
El Real Zaragoza, C.D. fue el primer Club en presentar al Consejo Superior de Deportes toda la documentación necesaria para la transformación de la entidad.
El 2 de septiembre de 1992 tomaba los poderes el nuevo consejo de Administración que iba a regir los destinos del club y que, como toda Sociedad Anónima, estaba presidido por el accionista mayoritario, D. Alfonso Soláns Serrano. Con esta nueva directiva, a diferencia de la actitud derrochadora de otros equipos, el club emprende una línea de gestión, que además de producir excelentes resultados deportivos, consolida la estabilidad económica de la entidad.
En la temporada 1993/1994, Alfonso Soláns Soláns entraba en el Consejo de Administración del Real Zaragoza, S. A. D. como vicepresidente y consejero delegado se proclamaron Campeones de Copa.